sábado, 16 de octubre de 2010

Batallas de la primera guerra mundial


La batalla de Tanga, librada entre los ejércitos coloniales de Gran Bretaña y Alemania, fue el mayor enfrentamiento de la I Guerra Mundial que se desarrolló en suelo africano. El objetivo fallido de los británicos era la ocupación del África Oriental Alemana.

Los mandos británicos decidieron atacar la ciudad de Tanga como primer paso para la conquista de la colonia mediante un ataque anfibio. La plaza, situada en una meseta a sólo 80 km al sur de la frontera con el África Oriental Británica era el puerto alemán más importante de la zona y el final del importante ferrocarril de Usambara. El primer plan de ataque británico consistía en el bombardeo del puerto por parte de barcos de guerra, pero esta idea se abandonó tras firmarse un acuerdo de no agresión con la población, confiando en que podría rendirse a la vista de la flota sin que ésta tuviese que disparar una sola vez (véase "Diplomacia de las cañoneras").

Tras unos días de inactividad llegó a la zona el HMS Fox, que anunció el fin unilateral del acuerdo. La población y las tropas presentes en la ciudad, en un principio formadas por una sola compañía de askaris, se prepararon para el combate. El comandante de las tropas alemanas en África Oriental, Paul von Lettow-Vorbeck, dirigió entonces la movilización de soldados desde las regiones circundantes a la ciudad, hasta contar con 1.100 efectivos con los que plantar cara a los británicos.

Al ver que se producían maniobras alemanas, pero sólo en tierra, el general británico Arthur Aitken asumió erróneamente que los alemanes habían minado la zona que rodeaba al puerto y decidió no bombardearlo. En su lugar, ordenó que la flota marchase 3 millas hacia el sur y desembarcase allí la fuerza de 8.000 reservistas indios con los que planeaba tomar la ciudad. La decisión no pudo ser más errónea, ya que las tropas indias no estaban entrenadas para un objetivo de este tipo y el mando británico no disponía de información sobre la zona de desembarco al no haber mandado exploradores previamente a la región. Tras pasar la noche del 3 de noviembre allí, Aitken ordenó a sus tropas que se dirigiesen hacia la ciudad a la mañana siguiente. No se pudo explorar la zona previamente y las tropas británicas tuvieron que marchar directamente a ciegas, lo que facilitó que cayeran en una emboscada de la guarnición de Tanga, iniciándose así la batalla. Al caer la tarde, tras varias horas de lucha en la selva, los soldados comenzaron a ser atacados por enjambres de abejas salvajes, razón por al cual este enfrentamiento también es conocido como "batalla de las abejas".

A pesar de ser superado por 8 hombres a 1, Paul von Lettow-Vorbeck consiguió mantener a raya las tropas británicas y ordenó un contraataque exitoso, obligándolas a volver a los botes de los que habían desembarcado. En su desordenada huida, los soldados indios abandonaron tras sus pies un gran número de rifles, ametralladoras y más de 600.000 rollos de munición que fueron capturados por las tropas alemanas. En lugar de ensañarse con el ejército en retirada, Paul von Lettow-Vorbeck salió al paso de los soldados que ya embarcaban bajo una bandera blanca y solicitó una conversación amistosa con Aitken, a la que éste accedió. Entonces intercambiaron opiniones en la playa mientras compartían una botella de brandy. El comandante alemán también ordenó a los médicos de su ejército que atendiesen a los soldados indios heridos.

Esta fácil victoria para los alemanes fue la primera que Paul von Lettow-Vorbeck consiguió en la Primera Guerra Mundial, en la que llegaría a ser imbatible y se convertiría en un héroe a su regreso a Alemania. Para los británicos, Tanga significó la pérdida del factor sorpresa y el abandono de la idea de ocupar el África Oriental Alemana por medio de una única acción rápida, como ya se había puesto en práctica con otras colonias alemanas como Togo, Camerún, Namibia y Nueva Guinea. Seguiría, pues, una larga guerra de 4 años en el este de África, en la que el minúsculo ejército colonial alemán mantuvo en jaque a unas fuerzas británicas compuestas por cientos de miles de hombres y cuya resistencia duró dos semanas más que la del propio Imperio Alemán en Europa.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Articulo especial


La Sociedad de Naciones

Impulsada por Wilson, presidente de EEUU, esta organización supranacional se constituyó en 1919, a fin de asegurar la paz mundial y mediar en los conflictos entre las naciones. Tuvo su sede en Ginebra (Suiza) y recibió la adhesión de 58 estados. Con una asamblea, un consejo y una secretaría, se encargó de administrar algunos de los territorios sustraídos a los países derrotados en la Primera Guerra Mundial. Entre los organismo que creó destaca la Oficina Internacional del Trabajo. Sus fines de estabilización internacional fracasaron en varias oportunidades. En 19146 fue disuelta y su función fue asumida por las Naciones Unidas.

Imagen:El Palacio de las Naciones fue construido en Ginebra, Suiza, entre 1929 y 1938 como sede de la SDN.

Articulo especial

Balance de sangre

Se calcula que la Primera Guerra Mundial provocó unos 10 de millones de muertos y unos 20 millones de heridos, sin contar los civiles. Alemania, que había movilizado 13 millones de hombres, se registró dos millones de muertes, aunque la fuerte natalidad previa a la guerra la salvó de la caída demográfica. Francia, que había movilizado más de 8 millones de hombres, perdió 1.400.000, el 11% de la población masculina activa, y la natalidad, ya baja antes de 1914, cayó en picada.Quedaron huérfanos 760.000 niños franceses. Por su parte, Rusia, que había movilizado 15 millones de hombres, perdió 1.700.000. Austria-Hungría perdió un millón, Gran Bretaña 800.000 , Italia 700.000, Servia 400.000, Turquía 400.000, Rumania 160.000, Estados Unidos 115.000, Bulgaria 100.000, etc.

Balance de las víctimas mortales
Soldados
Aliados
Imperio Británico908.371
Australia60.000
Canadá55.000
India25.000
Nueva Zelanda16.000
Sudáfrica7.000
Reino Unido715.000
Francia1.240.000
Colonias francesas114.000
Bélgica13.716
Estados Unidos50.600
Grecia5.000
Italia650.000
Japón300
Portugal7.234
Rumania335.706
Rusia1.700.000
Serbia45.000
Potencias centrales
Alemania1.773.700
Austria-Hungría1.200.000
Bulgaria87.500
Turquía325.000
Civiles
Alemania760.000
Austria-Hungría300.000
Bélgica30.000
Gran Bretaña31.000
Bulgaria275.000
Francia40.000
Grecia132.000
Rumania275.000
Rusia10.000.000
Serbia650.000
Turquía1.000.000

lunes, 4 de octubre de 2010

Artículos destacados del día

El plan de 14 puntos

Wilson propuso al congreso la paz en un plan de 14 puntos, que defendía la democracia, la autodeterminación de los pueblos y la creación de la Sociedad de Naciones.

La intervención americana

la ayuda estadounidense fue clave para la derrota de Alemania. Cuando los europeos llevaban combatiendo durante meses, inclinó ya en sus primeros días la balanza. Al acabar la guerra, había dos millones de soldados en Francia y otro millón en camino, pero sólo lucharon cuatro meses.

Duro castigo a Alemania

Los debates de Versalles giraron en torno al precio que se debía exigir a la derrotada Alemania, a la cual se hacía responsable de la contienda. Mientras Wilson sostenía una posición moderada, los criterios de Francia, que prevalecieron, exigieron fuertes compensaciones económicas y territoriales.

sábado, 2 de octubre de 2010

Batallas de la primera guerra mundial


La batalla de Stalluponen, que se produjo entre los días 17 de agosto y 23 de agosto de 1914 en Stalluponen, en la Prusia oriental alemana, supuso la primera victoria de los ejércitos alemanes sobre los ejércitos rusos en el frente del este durante la Primera Guerra Mundial.

Siendo resultado de las tácticas agresivas del general alemán Herman von François para defender la Prusia oriental ante los avances de los ejércitos zaristas, tanto la planificación como el resultado de la batalla resultaron completamente inesperados para ambos beligerantes.

A mediados del mes de agosto de 1914, muy poco después de desencadenarse las hostilidades entre ambos países, el ejército ruso había iniciado la invasión de los territorios alemanes de la Prusia Oriental. En el extremo este de Alemania, pues, el general ruso Pavel Rennenkampf condujo al 1º Ejército ruso a la ofensiva, teniendo como objetivo final la toma de la ciudad alemana de Koenigsberg, a orillas del Báltico, lo que supondría la ocupación completa de todo el territorio prusiano, acortando notablemente el frente en beneficio de Rusia, que vería aliviada cualquier posible presión en pinza de los Imperios Centrales hacia Polonia y Varsovia.

Tal como preveía el plan Schlieffen, los alemanes iniciaron la guerra estableciendo en el este únicamente un débil cordón defensivo, puesto que la mayor parte de las tropas alemanas habían sido desplegadas en el frente occidental, con la pretensión de derrotar rápidamente a los ejércitos franceses, para después encaminarse hacia el frente oriental para acabar con los ejércitos rusos. No obstante, el general Herman von François, comandante en jefe del I Cuerpo de Ejército, perteneciente al 8º Ejército alemán, estaba convencido de que sus tropas, con un mejor entrenamiento y mejor equipadas que las tropas rusas, se encontraban en una situación idónea para ralentizar, o incluso paralizar definitivamente, el avance de las tropas rusas de Pavel Rennenkampf.

Así, el 17 de agosto, von François se enfrentó a los rusos a pesar de que ello contravenía las ordenes que había recibido de su superior, el comandante en jefe del 8º Ejército alemán, Maximilian von Prittwitz, instrucciones que consistían en emprender la retirada si los rusos ejercían presión sobre su frente de batalla. Cuando Prittwitz tuvo conocimiento de que von François había entablado combate con las tropas rusas, le envió un emisario para ordenarle romper el contacto con Rennenkampf y proceder a la retirada hacia otras posiciones en la retaguardia alemana. En ese momento, las tropas de von François estaban demasiado comprometidas en la lucha como para efectuar una retirada sin correr el riesgo de que dicha retirada se tradujese en una desbandada general y, de todos modos, von François tampoco tenía la más mínima intención de respetar las órdenes recibidas. Ha pasado a la Historia la respuesta que dio al emisario que le transmitía las órdenes de Prittwitz: «¡El general von François se retirará cuando haya derrotado a los rusos!.»

Cuando todavía el resultado de la batalla era incierto, von François lanzó una ofensiva de gran envergadura en toda la línea de batalla, infligiendo una grave derrota a los rusos, que sufrieron 5.000 muertos y 3.000 prisioneros. Mientras las tropas rusas retrocedían al otro lado de la frontera para restañar sus heridas, von François obedeció finalmente las órdenes de Prittwitz y se retiró unos 20 kilómetros hacia el oeste, tomando posiciones en los alrededores de Gumbinnen, donde poco después se produciría la batalla de Gumbinnen.

Imagen:Frente del este, del 17 al 23 de agosto de 1914