La Primera Guerra Mundial significó el golpe de gracia para el Imperio otomano. Las potencias vencedoras se repartieron sus dominios, aunque los numerosos pueblos que en ellos habitaban no se avinieron a cambiar de amo.
Desde mediados de 1908, el movimiento revolucionario de los jóvenes turcos había intentado salvar al antiguo Imperio otomano mediante la modernización -en términos occidentales- de la vida política y cultural.pero su alineamiento con las potencias centrales durante la Primera Guerra Mundial les hizo sentir el precio de la derrota.
En plena guerra, el convenio de Sykes-Picot, firmado el 16 de mayo de 1916, trazaba el reparto del Imperio otomano: diversas provincias armenias y parte del territorio kurdo pasarían a manos de Rusia; la dominación británica se extendería sobre un vasto territorio, desde Bagdad hasta los puertos palestinos de Haifa y Acre; Francia se haría cargo del Líbano y Siria, y se crearían diversos estados árabes independientes que, sin embargo, no se liberarían de la hegemonía británica y francesa.
Imagen: Ismail Enver , uno de los líderes de los Jóvenes Turcos.
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