sábado, 16 de octubre de 2010

Batallas de la primera guerra mundial


La batalla de Tanga, librada entre los ejércitos coloniales de Gran Bretaña y Alemania, fue el mayor enfrentamiento de la I Guerra Mundial que se desarrolló en suelo africano. El objetivo fallido de los británicos era la ocupación del África Oriental Alemana.

Los mandos británicos decidieron atacar la ciudad de Tanga como primer paso para la conquista de la colonia mediante un ataque anfibio. La plaza, situada en una meseta a sólo 80 km al sur de la frontera con el África Oriental Británica era el puerto alemán más importante de la zona y el final del importante ferrocarril de Usambara. El primer plan de ataque británico consistía en el bombardeo del puerto por parte de barcos de guerra, pero esta idea se abandonó tras firmarse un acuerdo de no agresión con la población, confiando en que podría rendirse a la vista de la flota sin que ésta tuviese que disparar una sola vez (véase "Diplomacia de las cañoneras").

Tras unos días de inactividad llegó a la zona el HMS Fox, que anunció el fin unilateral del acuerdo. La población y las tropas presentes en la ciudad, en un principio formadas por una sola compañía de askaris, se prepararon para el combate. El comandante de las tropas alemanas en África Oriental, Paul von Lettow-Vorbeck, dirigió entonces la movilización de soldados desde las regiones circundantes a la ciudad, hasta contar con 1.100 efectivos con los que plantar cara a los británicos.

Al ver que se producían maniobras alemanas, pero sólo en tierra, el general británico Arthur Aitken asumió erróneamente que los alemanes habían minado la zona que rodeaba al puerto y decidió no bombardearlo. En su lugar, ordenó que la flota marchase 3 millas hacia el sur y desembarcase allí la fuerza de 8.000 reservistas indios con los que planeaba tomar la ciudad. La decisión no pudo ser más errónea, ya que las tropas indias no estaban entrenadas para un objetivo de este tipo y el mando británico no disponía de información sobre la zona de desembarco al no haber mandado exploradores previamente a la región. Tras pasar la noche del 3 de noviembre allí, Aitken ordenó a sus tropas que se dirigiesen hacia la ciudad a la mañana siguiente. No se pudo explorar la zona previamente y las tropas británicas tuvieron que marchar directamente a ciegas, lo que facilitó que cayeran en una emboscada de la guarnición de Tanga, iniciándose así la batalla. Al caer la tarde, tras varias horas de lucha en la selva, los soldados comenzaron a ser atacados por enjambres de abejas salvajes, razón por al cual este enfrentamiento también es conocido como "batalla de las abejas".

A pesar de ser superado por 8 hombres a 1, Paul von Lettow-Vorbeck consiguió mantener a raya las tropas británicas y ordenó un contraataque exitoso, obligándolas a volver a los botes de los que habían desembarcado. En su desordenada huida, los soldados indios abandonaron tras sus pies un gran número de rifles, ametralladoras y más de 600.000 rollos de munición que fueron capturados por las tropas alemanas. En lugar de ensañarse con el ejército en retirada, Paul von Lettow-Vorbeck salió al paso de los soldados que ya embarcaban bajo una bandera blanca y solicitó una conversación amistosa con Aitken, a la que éste accedió. Entonces intercambiaron opiniones en la playa mientras compartían una botella de brandy. El comandante alemán también ordenó a los médicos de su ejército que atendiesen a los soldados indios heridos.

Esta fácil victoria para los alemanes fue la primera que Paul von Lettow-Vorbeck consiguió en la Primera Guerra Mundial, en la que llegaría a ser imbatible y se convertiría en un héroe a su regreso a Alemania. Para los británicos, Tanga significó la pérdida del factor sorpresa y el abandono de la idea de ocupar el África Oriental Alemana por medio de una única acción rápida, como ya se había puesto en práctica con otras colonias alemanas como Togo, Camerún, Namibia y Nueva Guinea. Seguiría, pues, una larga guerra de 4 años en el este de África, en la que el minúsculo ejército colonial alemán mantuvo en jaque a unas fuerzas británicas compuestas por cientos de miles de hombres y cuya resistencia duró dos semanas más que la del propio Imperio Alemán en Europa.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Articulo especial


La Sociedad de Naciones

Impulsada por Wilson, presidente de EEUU, esta organización supranacional se constituyó en 1919, a fin de asegurar la paz mundial y mediar en los conflictos entre las naciones. Tuvo su sede en Ginebra (Suiza) y recibió la adhesión de 58 estados. Con una asamblea, un consejo y una secretaría, se encargó de administrar algunos de los territorios sustraídos a los países derrotados en la Primera Guerra Mundial. Entre los organismo que creó destaca la Oficina Internacional del Trabajo. Sus fines de estabilización internacional fracasaron en varias oportunidades. En 19146 fue disuelta y su función fue asumida por las Naciones Unidas.

Imagen:El Palacio de las Naciones fue construido en Ginebra, Suiza, entre 1929 y 1938 como sede de la SDN.

Articulo especial

Balance de sangre

Se calcula que la Primera Guerra Mundial provocó unos 10 de millones de muertos y unos 20 millones de heridos, sin contar los civiles. Alemania, que había movilizado 13 millones de hombres, se registró dos millones de muertes, aunque la fuerte natalidad previa a la guerra la salvó de la caída demográfica. Francia, que había movilizado más de 8 millones de hombres, perdió 1.400.000, el 11% de la población masculina activa, y la natalidad, ya baja antes de 1914, cayó en picada.Quedaron huérfanos 760.000 niños franceses. Por su parte, Rusia, que había movilizado 15 millones de hombres, perdió 1.700.000. Austria-Hungría perdió un millón, Gran Bretaña 800.000 , Italia 700.000, Servia 400.000, Turquía 400.000, Rumania 160.000, Estados Unidos 115.000, Bulgaria 100.000, etc.

Balance de las víctimas mortales
Soldados
Aliados
Imperio Británico908.371
Australia60.000
Canadá55.000
India25.000
Nueva Zelanda16.000
Sudáfrica7.000
Reino Unido715.000
Francia1.240.000
Colonias francesas114.000
Bélgica13.716
Estados Unidos50.600
Grecia5.000
Italia650.000
Japón300
Portugal7.234
Rumania335.706
Rusia1.700.000
Serbia45.000
Potencias centrales
Alemania1.773.700
Austria-Hungría1.200.000
Bulgaria87.500
Turquía325.000
Civiles
Alemania760.000
Austria-Hungría300.000
Bélgica30.000
Gran Bretaña31.000
Bulgaria275.000
Francia40.000
Grecia132.000
Rumania275.000
Rusia10.000.000
Serbia650.000
Turquía1.000.000

lunes, 4 de octubre de 2010

Artículos destacados del día

El plan de 14 puntos

Wilson propuso al congreso la paz en un plan de 14 puntos, que defendía la democracia, la autodeterminación de los pueblos y la creación de la Sociedad de Naciones.

La intervención americana

la ayuda estadounidense fue clave para la derrota de Alemania. Cuando los europeos llevaban combatiendo durante meses, inclinó ya en sus primeros días la balanza. Al acabar la guerra, había dos millones de soldados en Francia y otro millón en camino, pero sólo lucharon cuatro meses.

Duro castigo a Alemania

Los debates de Versalles giraron en torno al precio que se debía exigir a la derrotada Alemania, a la cual se hacía responsable de la contienda. Mientras Wilson sostenía una posición moderada, los criterios de Francia, que prevalecieron, exigieron fuertes compensaciones económicas y territoriales.

sábado, 2 de octubre de 2010

Batallas de la primera guerra mundial


La batalla de Stalluponen, que se produjo entre los días 17 de agosto y 23 de agosto de 1914 en Stalluponen, en la Prusia oriental alemana, supuso la primera victoria de los ejércitos alemanes sobre los ejércitos rusos en el frente del este durante la Primera Guerra Mundial.

Siendo resultado de las tácticas agresivas del general alemán Herman von François para defender la Prusia oriental ante los avances de los ejércitos zaristas, tanto la planificación como el resultado de la batalla resultaron completamente inesperados para ambos beligerantes.

A mediados del mes de agosto de 1914, muy poco después de desencadenarse las hostilidades entre ambos países, el ejército ruso había iniciado la invasión de los territorios alemanes de la Prusia Oriental. En el extremo este de Alemania, pues, el general ruso Pavel Rennenkampf condujo al 1º Ejército ruso a la ofensiva, teniendo como objetivo final la toma de la ciudad alemana de Koenigsberg, a orillas del Báltico, lo que supondría la ocupación completa de todo el territorio prusiano, acortando notablemente el frente en beneficio de Rusia, que vería aliviada cualquier posible presión en pinza de los Imperios Centrales hacia Polonia y Varsovia.

Tal como preveía el plan Schlieffen, los alemanes iniciaron la guerra estableciendo en el este únicamente un débil cordón defensivo, puesto que la mayor parte de las tropas alemanas habían sido desplegadas en el frente occidental, con la pretensión de derrotar rápidamente a los ejércitos franceses, para después encaminarse hacia el frente oriental para acabar con los ejércitos rusos. No obstante, el general Herman von François, comandante en jefe del I Cuerpo de Ejército, perteneciente al 8º Ejército alemán, estaba convencido de que sus tropas, con un mejor entrenamiento y mejor equipadas que las tropas rusas, se encontraban en una situación idónea para ralentizar, o incluso paralizar definitivamente, el avance de las tropas rusas de Pavel Rennenkampf.

Así, el 17 de agosto, von François se enfrentó a los rusos a pesar de que ello contravenía las ordenes que había recibido de su superior, el comandante en jefe del 8º Ejército alemán, Maximilian von Prittwitz, instrucciones que consistían en emprender la retirada si los rusos ejercían presión sobre su frente de batalla. Cuando Prittwitz tuvo conocimiento de que von François había entablado combate con las tropas rusas, le envió un emisario para ordenarle romper el contacto con Rennenkampf y proceder a la retirada hacia otras posiciones en la retaguardia alemana. En ese momento, las tropas de von François estaban demasiado comprometidas en la lucha como para efectuar una retirada sin correr el riesgo de que dicha retirada se tradujese en una desbandada general y, de todos modos, von François tampoco tenía la más mínima intención de respetar las órdenes recibidas. Ha pasado a la Historia la respuesta que dio al emisario que le transmitía las órdenes de Prittwitz: «¡El general von François se retirará cuando haya derrotado a los rusos!.»

Cuando todavía el resultado de la batalla era incierto, von François lanzó una ofensiva de gran envergadura en toda la línea de batalla, infligiendo una grave derrota a los rusos, que sufrieron 5.000 muertos y 3.000 prisioneros. Mientras las tropas rusas retrocedían al otro lado de la frontera para restañar sus heridas, von François obedeció finalmente las órdenes de Prittwitz y se retiró unos 20 kilómetros hacia el oeste, tomando posiciones en los alrededores de Gumbinnen, donde poco después se produciría la batalla de Gumbinnen.

Imagen:Frente del este, del 17 al 23 de agosto de 1914

jueves, 30 de septiembre de 2010

Batallas de la primera guerra mundial


La Batalla de Sarikamis (a veces escrito Sarikamish, Sarıkamış en turco) fue la primera y mayor batalla de la Campaña del Cáucaso de la Primera Guerra Mundial, en la que las tropas del Imperio Ruso cosecharon una apabullante victoria sobre las tropas del Imperio Otomano. Debido al gran número de soldados otomanos que perdieron la vida (en su mayoría congelados durante la retirada, pues la batalla tuvo lugar en pleno fin de año), los turcos se refieren a este suceso como Sarıkamış Faciası, el "Desastre de Sarikamis".

En el momento de producirse la batalla, las luchas entre los imperios turco y ruso se remontaban casi 300 años atrás. A partir del siglo XVIII los rusos habían expulsado lentamente a los turcos de Ucrania y Crimea y durante el siglo XIX habían proseguido su avance hacia el Cáucaso y los Balcanes, donde habían recabado el apoyo de otras potencias para instalar una serie de nuevas monarquías independientes que los zares pensaban poner bajo su tutela. La última de las guerras entre Constantinopla y Petrogrado había tenido lugar en 1878 y se había saldado, entre otras cosas, con la anexión rusa de la fortaleza de Kars y el puerto de Batum, al sureste del Mar Negro. Los rusos no ocultaban ya sus deseos de poseer algún día la ciudad de Constantinopla (objetivo que consideraban legítimo, pues se tenían por los únicos herederos de Bizancio) y conseguir una salida directa al Mar Mediterráneo.

Mientras tanto, el gobierno imperial otomano entró en una grave crisis que se agudizó entre 1912 y 1913 con la pérdida de las últimas posesiones africanas y balcánicas del Imperio. En ese momento se produjo un golpe de Estado que delegó el poder real en un triunvirato de pachás (İsmail Enver, Ahmed Djemal y Mehmed Talat), con el sultán Mehmed V reducido a una figura simbólica. Los tres pachás (entre los que tenía el liderazgo indiscutido İsmail Enver) trataron de establecer una alianza militar y política con el Imperio Alemán, la única potencia europea que en ese momento parecía tener la capacidad y voluntad necesarias para mantener a raya a los rusos y evitar que éstos se abalanzaran sobre lo que quedaba del Imperio Otomano en un futuro próximo.

Así, no es de extrañar que cuando se desencadenó la Primera Guerra Mundial en 1914, los turcos se posicionasen de inmediato junto a los alemanes y declarasen la guerra a los rusos, siempre con la recuperación de Kars y Batum como meta inmediata. El propio İsmail Enver decidió tomar el mando del ejército del Cáucaso y atacar la fortaleza de Kars en pleno invierno, a pesar de las objeciones de su consejero alemán, Otto Liman von Sanders.

Enver decidió movilizar el mayor contingente del Imperio, el Tercer Ejército Turco (que actualmente sigue en activo y es la mayor división de la moderna República de Turquía), compuesto en ese momento por 95.000 a 190.000 hombres. Sin embargo, la funesta decisión de atravesar los montes Allahüekber Dağları en pleno invierno y en medio de tormentas de nieve redujo su número a apenas 80.000 a 90.000 efectivos. El resto de los soldados (muchos de los cuales no eran turcos, sino kurdos y armenios) murieron de hipotermia por falta de ropas adecuadas para resistir el frío o desertaron con el fin de eludir el destino de sus compañeros.

Por su parte, el Ejército Ruso del Cáucaso contaba en la zona con unos 100.000 soldados, aunque el número que se presentó a la batalla pudo ser bastante menor debido a que los rusos, juzgando el frente caucásico como secundario, habían transferido algunos contingentes al Frente Oriental con el fin de enfrentarse a los alemanes y austrohúngaros. Al mando de las tropas se encontraba el veterano General Nicolai Yudenich, que demostraría su profunda valía y experiencia no sólo en la Gran Guerra, sino también en la Guerra Civil Rusa.

A mediados de diciembre, Enver entró en el Cáucaso a través de Armenia y dividió a sus tropas en múltiples contingentes de pequeño tamaño, cada uno de los cuales tomaría su propia ruta y se reuniría con el resto en Sarikamis. Esta estrategia fue duramente criticada por von Sanders, pero Enver lo ignoró por completo. Lo mismo hizo Yudenich con su inmediato superior, el gobernador ruso del Cáucaso Illarion Vorontsov-Dashkov, quien le había ordenado retroceder a Kars para reforzar las defensas de la plaza. En su lugar, el general ruso prefirió quedarse en Sarikamis y esperar la llegada de los turcos.

Las divisiones otomanas perdieron el contacto entre sí durante el viaje y llegaron en diferentes tandas a Sarikamis entre el 29 de diciembre de 1914 y el 3 de enero de 1915, lo que les restó efectividad. Un ataque inicial, llevado a cabo por las primeras divisiones que llegaron, logró tomar los barracones situados al oeste de la ciudad, pero las fuerzas turcas fueron forzadas a retroceder de inmediato. En los días siguientes las unidades más retrasadas se dedicaron a atacar a los rusos según iban llegando al lugar de la batalla, sin la menor coordinación entre sí o con quienes habían llegado previamente, lo que permitió a los rusos repelerlas una por una. Este desorden fue lo que inclinó la balanza decisivamente del lado ruso, pues, aunque los turcos consiguieron algunos de sus objetivos, éstos no pudieron mantener ninguno de ellos por encontrarse completamente agotados. El 4 de enero, finalmente, el ejército otomano levantó el informal asedio y retrocedió de forma completamente desordenada.

El número de otomanos que perdieron la vida durante el traslado, batalla y retirada no es seguro, como tampoco lo es el número real de éstos que llegaron a participar en la misma debido al gran número de efectivos que se perdieron por el camino. Según fuentes turcas, las bajas fueron de 60.000 a 90.000, aunque otros llegan a elevarlas hasta muy por encima de 150.000. En su mayor parte los soldados murieron por congelación o atacados por la espalda por los rusos durante la retirada. El resultado fue una extraordinaria derrota para los turcos, que perdieron en esta empresa más hombres que en ninguna otra batalla de la Primera Guerra Mundial. Sarikamis fue más tarde descrita por un oficial alemán destinado en Turquía como "un desastre sin parangón en la historia militar por su rapidez y completitud".

Por su parte, los rusos perdieron unos 35.000 hombres (según fuentes turcas) y el General Yudenich fue ascendido a Comandante del Ejército del Cáucaso. La brecha abierta en las líneas otomanas fue aprovechada durante el verano de 1915 para realizar una serie de incursiones en territorio otomano, que llegaron a alcanzar Erzincan y el lago Van.

Enver dejó el mando de las tropas en manos del General Hafiz Hakki y regresó a Estambul, donde asumió brevemente el mando de las tropas desplegadas en Tracia antes de entregarlo a Otto Liman von Sanders en vísperas de la Batalla de Gallípoli. En mayo de 1915 comenzó a responsabilizar públicamente a los armenios de la derrota, acusándoles de cooperar con los rusos y atacar las líneas de suministro otomanas. Esta acusación sería la piedra angular del futuro Genocidio Armenio.

Imagen: Caballería kurda del Ejército Otomano en el Cáucaso a comienzos de 1915, según una fotografía publicada por el New York Times.

El final de la guerra y la paz de Versalles parte 2º


La derrota alemana

El 26 de marzo, en la conferencia de Goullens, los aliados establecieron un mando único, que confiaron a Ferninand Foch. Los alemanes avanzaron hacia el Marne, escenario donde ambos bandos ya se habían medido. La nueva batalla del Marne se prolongó del 15 de julio al 2 de agosto, y fue saldo a favor de las tropas aliadas.
El 8 de agosto se desencadenó la ofensiva aliada, y el frente alemán empezó a resquebrajarse. A principios de octubre, los aliados recuperaron San Quintín, Cambrai y Laon. El último enclave del 2 Reich en territorio francés había cedido. El 15 de septiembre, el ejército aliado apostado en salónica desbarató definitivamente la resistencia búlgara, ocupó Servia y penetró en el imperio austro-húngaro. Una semana después, el general Ludendorff pidió al gobierno que solicitara un armisticio sobre la base de los 14 puntos formulados por Thomas W. Wilson, presidente de los EEUU. Tras el desmoramiento del frente austriaco en el río Piave, a manos de las tropas italianas en la batalla de Vitorio Veneto (noviembre de 1918), la conmoción de la derrota provocó el alzamiento revolucionarios en los territorios de Austria-Hungría. Se sucedieron la proclamación de la independencia de los checoslovacos y del territorio que más tarde sería Yugoslavia, aparte de la capitulación de Turquía. El 26 de octubre, Alemania declaró que aceptara el plan Wilson. La moral del pueblo alemán se derrumbó. El 4 de noviembre, la marina se amotinó en las bases del mar del Norte y, el día 9, una huelga general paralizó a Berlín. El príncipe Max anunció la renuncia del emperador Guillermo 2, pero el socialdemócrata Philipp Scheidemann, secretario de Estado, se apresuró a proclamar la república. El 11 de noviembre de 1918, en el bosque de Compiégne, los delegados alemanes firmaron la rendición del 2 Reich.
En enero de 1919, en París, comenzó la conferencia de paz. Se formaron mas de 50 comisiones. Al poco tiempo, se constituyó una instancia superior, el consejo de los Cuatro, que integraban Wilson ( presidente de los EEUU) Clemenceau ( primer ministro de Francia) George ( primer ministro de Gran Bretaña) y Orlando ( presidente del parlamento de Italia).
Dentro del marco Versalles, se firmaron distintos tratados con cada una de las naciones derrotadas: el de Versalles, con Alemania (28 de junio de 1919); el de Saint-Germaine-en-Laye, con Austria (10 de septiembre); el de Neuilly-sur-Seine, con Bulgaria (27 de noviembre); el del Trianon, con Hungría (4 de junio de 1920) y por último el de Sévres, con Turquía (10 de agosto de 1920).
Francia recuperó Alsacia, Lorena y la cuenca carbonífera del Sarre; Dinamarca, el Schleswig septentrional, y Polonia, Posnania y la Alta Silesia. Además, Alemania perdió sus colonias y protectorados en beneficio de Francia, Gran Bretaña, Japón y Bélgica. En el tratado se incluyó la prohibición de la unificación de Austria y Alemania. Sus fuerzas armadas fueron desmanteladas: el ejército se redujo a 100.000 hombres, la marina a 16.000 y desapareció la fuerza aérea. Un posterior congreso, celebrado en París en 1921, impuso a Alemania indemnizaciones económicas: 132.000 marcos de oro para pagar en 30 años.
Por su parte, Italia pasó a controlar Trieste, Istria, el Tirol sur y el Trentino-Alto Adigio. Pero hubo de renunciar a Dalmacia, Fiume, Albania y aceptar el tratado de Rapallo con el reino de los servios, croatas y eslovenos (Yugoslavia), nacido oficialmente en 1918.
Imagen: soldados de EEUU durante la batalla de St.Mihiel, en Francia.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

El final de la guerra y la paz de Versalles parte 1º

un balance de diez millones de muertos, y regiones y ciudades arrasadas por armas nunca vistas, como ametralladoras, blindados y gases, llevó a pensar que tal horror nunca sería superado. Por eso -hoy parece una ironía- fue llamada la "Gran Guerra".

Parte 1º

A fines de 1917, el equilibrio militar existente comenzó a decantar en favor de los aliados. El tratado de Brest-Litovsk (1918) liberó a los alemanes del frente orientales. el Reich decidió concentrar sus esfuerzos contra las fuerzas franco-británicas. La campaña, emprendida a mediados de 1918, empezó con una serie de éxitos, pero tras lograr meter una cuña entre los ejércitos de Francia y Gran Bretaña, se detuvo ante Amiens. Las tropas alemanas quedaron frenadas por su debilidad logística: carecían de alimentos y armas. Por el contrario, el aprovisionamiento por parte de Estados Unidos liberó de este problema a los aliados.

mensaje del editor

estuve varios meses afuera del país por eso no tuve tiempo para publicar algo en mi blog ahora voy a retomar mi trabajo y publicar mas de este interesante

lunes, 17 de mayo de 2010

Batallas de la primera guerra mundial

La batalla de Sardarapat (armenio: Սարդարապատի ճակատամարտ; turco: Sardarapat Savaşı) fue una batalla de la campaña del Cáucaso durante la Primera Guerra Mundial que tuvo lugar cerca de Sardarapat, Armenia, desde el 21 de mayo al 24 de mayo de 1918. Sardarapat está a sólo 40 kilómetros al oeste de la ciudad de Ereván. Actualmente se considera que como consecuencia de esta batalla no sólo se detuvo la penetración turca hacia el resto de Armenia, sino que también se evitó la completa destrucción de la nación armenia.[1

Dos meses después de que se firmara el Tratado de Brest-Litovsk, el Imperio Otomano lanzó un ataque contra territorio armenio, que había pertenecido el Imperio Ruso. En esa época sólo una pequeña área del territorio armenio permanecía libre del dominio otomano, y allí habían huido centenares de miles de refugiados armenios tras el Genocidio Armenio. Violando los términos del Tratado de paz de Brest-Litovsk, tropas del 4º Ejército cruzaron la frontera en mayo de 1918 y atacaron Alexandropol (hoy en día Gyumri). El ejército turco pretendía aplastar Armenia y apoderarse de Transcaucasia. El gobierno alemán protestó por el ataque y se negó a ayudar al ejército turco en esta operación.

Las fuerzas turcas lanzaron un ataque con tres puntas de avance para intentar conquistar Armenia. Tras la caída de Alexandropol, la 36ª División del ejército turco se dirigió al Valle del Ararat, en el corazón de Armenia, con el objetivo de conseguir el control de la línea ferroviaria Kars-Alexandropol Gyumri-Julfa y del propio valle. El 21 de mayo los turcos tomaron la estación de Sardarapat, pero el contraataque armenio, dirigido por Movses Silikyan, les forzó a retirarse tras una batalla que duró tres días. Los turcos realizaron entonces una doble maniobra de flanqueo a través del valle de Aparan para apoyar el avance del centro, pero los armenios consiguieron también conjurar esta amenaza entre el 23 y el 28 de mayo. Más al norte los regimientos armenios se retiraron de Alexandropol a Kara-Kilisa (Vanadzor). Su desesperada resistencia cerró el paso a la región de Tavush a los turcos. Las victorias en las batallas de Sardarapat, Abaran y Karakilisa permitieron al Consejo Nacional Armenio, establecido en Tiflis, proclamar la independencia de la República Democrática de Armenia[2] [3

Dos días después de la batalla de Sardarapat, el 28 de mayo de 1918, el Consejo Nacional Armenio en Tiflis proclamó la independencia de la República Democrática de Armenia. Preocupados por la invasión turca de Armenia, la República Democrática de Georgia solicitó y consiguió la protección alemana. La presencia del Ejército del Islam turco a 7 km. de Erevan y a apenas 10 km. de Echmiadzin forzó a la República Democrática de Armenia a firmar el Tratado de Batum el 4 de julio de 1918. La existencia de la república se prolongó hasta la toma de Armenia por los bolcheviques en noviembre de 1920.