Entre 1870 y 1891, Europa giro alrededor de Otto von Bismark, forjador del 2 reich aleman. En 1872, logro coligar a Guillermo 0 y Francisco Jose, monarcas respectivos de Alemania, Rusia y Austria. Pero el vinculo solo duro hasta 1875, cuando las fricciones entre Austria y Rusia en los Balcanes llegaron al borde del enfrentamiento directo. Mientras Bismark se abstenía de intervenir, Rusia, respaldada por Francia, logro éxitos militare sobre Turquía, apoyados por Gran Bretaña.
Los antagonismos coloniales entre Francia y Gran Bretaña por el control de Egipto fortalecieron a Bismark, quien el 20 de mayo de 1882 logro la firma de la triple alianza, que unía a Alemania y Austria-Hungría e incluía un nuevo país, Italia, que se acababa de integrar en la carrera colonial africana. Así, los italianos se acercaron a Bismark cuando vieron debilitada su presencia en el Mediterráneo, después de que Francia ocupara Túnez y de que Gran Bretaña hiciera lo propio con Egipto.
Una serie de pactos bilaterales, en su mayoría secretos, fueron modificando la situación geopoliticas europea. En 1890, Bismark, que no habría dejado de fortalecer sus fuerzas armadas, fue apartado de la vida política.
Entre 1890 y 1907, la situación continental volvió a cambiar. Frente a la Triple Alianza( cuádruple porque se unió Rumania), se formo la triple entente formado por Rusia, Francia y Gran Bretaña. El elemento nuevo de esta polarización europea no fue tanto la confirmación oficial de dos aliamientos que ya existían de hecho por primera vez desde las guerras napoleónicas, Gran Bretaña había salido de su aparente neutralidad para entrar de lleno en la política continental. Las pujas coloniales en el norte de África y en Indochina no le dejaron margen para ampararse en su insularidad. Entre otros motivos, porque su tradicional hegemonía marítima mundial comenzó a ser disputadas peligrosamente por la flota germana. Pese a que era evidente que Europa se precipitada hacia un enfrentamiento generalizado, ninguna cancillería hablaba oficialmente de guerra. Irónicamente, en 1907 estallo la primera guerra balcánica. Servia, Bulgaria,Grecia y Montenegro, integradas en la liga balcánica, atacaron al imperio otomano, que debió retirarse, derrotado, de toda la península.
Insatisfecha con el posterior reparto territorial, Bulgaria ataco a Servia en junio de 1913. Fue el inicio de la segunda guerra balcánica. La intervención de Rumania, Grecia, Montenegro y los turcos en favor de Servia decidieron la derrota búlgara. Dividida Europa en dos bloques antagónicos, estaba claro que las guerras balcánicas habían sido un ensayo de un inminente conflicto entre las grandes potencias. Solo faltaba un pretexto para que la guerra estallara. Todos estaban preparados.
El 28 de junio de 1914, en Sarajevo el estudiante Gavrilo Princip dio muerte al archiduque Francisco Fernando. Hasta ese momento, otros conflictos habían sido mitigados por la influencia moderadora que Gran Bretaña y Alemania ejercían sobre sus respectivos aliados, lo que no ocurrió en esta ocasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario